Sinopsis:

Un ferry zarpa del puerto de Buenos Aires con un niño de diez años a bordo. Lleva un largavista en el bolsillo a modo de lazo invisible con el mundo del que se aleja lentamente. Del otro lado del río lo esperan la familia uruguaya, las vacaciones, la obsesión por remediar la muerte de su perra Margarita. Y un verano iniciático: la excitación de las noches de carnaval, el temor que se despierta al contemplar la cara de un niño ahogado, la inocencia con que acompaña a un primo que va a perder su virginidad sin entender del todo lo que esta pasando.

En Largavistas, Luciano Olivera propone al lector un juego sutil entre realidad y ficción. Un lente suave lo acerca a sus amores: el Abú, el fútbol, los perros. Pero también a los temores: el agua, lo desconocido. Un relato sólido que tiene al mismo tiempo la ligereza de la mirada infantil y la intensidad de un adulto que busca reconstruir su pasado. En una suerte de precuela de Aspirinas y caramelos, Olivera recupera recuerdos, inventa lo que falta y entremezcla sueño con fantasía.

Reseña – @matildeacostaalfonzo

¿Alguna vez se ganaron algo y quisieron alardear con eso? Bueno, gracias al encuentro de lectura sobre Cumbres borrascosas que organizó SCT Medios a mediados de octubre, hoy te recomiendo una novela cargada de emoción, de frescura, pero, sobre todo, profunda y maravillosamente rioplatense.

Largavistas, con una narración ambientada algunas décadas atrás, cuenta la historia de un niño a dos orillas. Por un lado, vive la realidad del conurbano bonaerense y, por el otro, debido a que su madre es uruguaya, pasa sus veranos en Colonia; esto le hace generar lazos con primos, tíos, casas, lugares a ambos lados del Río de la Plata.

La novela esta escrita de una manera tan amena, tan interesante, que yo, como lectora, no pude soltarla hasta terminarla. Genera emoción para todos lados; risas y llantos, pasiones y alegrías, además de contener recuerdos históricos de todo tipo. En mi caso particular, me recordó la historia que tenemos con mi madre, al ser hinchas del Rojo, con aquel partido ida y vuelta jugado entre Independiente y Peñarol.

Luciano Olivera mezcla sueño y realidad en la vida de este niño que todo lo ve con ojos de inocencia pero que, aún así, sabe reconocer los momentos en los que las cosas que suceden a su alrededor no son tan inocentes. Situaciones difíciles en años difíciles, costumbres a las que eran sometidos los hombres que, gracias a Dios, dejaron de ser naturalizadas – ¿realmente dejaron de serlo? -, amores, nostalgia, sueños: la vida tamizada por el prima de un largavistas que le permite volar cuando todo alrededor pesa.

Te recomiendo esta historia, que vale por mil, y te recomiendo con todo fervor los clubes de lectura de SCT Medios, que son muy lo más. Y, si querés leer este libro y emocionarte, como yo lo hago, incluso, mientras escribo esta reseña, podés buscarlo en todas las librerías del país para mirar a través de los ojos de este niño y soñar por medio de su largavistas.

Largavistas – Luciano Olivera

Novela – 224 páginas

Editado por Tusquets Editores – @tusquetseditores