De Enrrique Papatino

Waldo es un escritor que enfrenta un bloqueo. Ana intenta, desde el amor y la complicidad que los une, ayudarlo. Pero conoce a Julia quien sacude su vida. Quizá ella pueda ayudarlo a salir del laberinto en el que se encuentra, quizás sólo dependa de él sumergirse en la profundidad de su propia alma y oír las campanadas que aún suenan bajo el agua.

Una historia de amor donde el pasado emerge buscando una elaboración posible, lo que está oculto es lo más complejo.

La catedral sumergida obtuvo el II premio Fondo Nacional de las Artes 2018

                  DOMINGO 20hs.

PARAJE ARTESON –  ESTADO DE PALESTINA 919 C.A.B.A.

                          Reservas a través de alternativa teatral

Comentario – Las Acosta
Sumergirse hasta escuchar las campanas bajo el agua, en el propio corazón.

Una catedral bajo el agua es una imagen tan inmensa como la fuerza de las emociones rebeladas contra nosotros mismos. Así está Waldo, rebelado, negado a su vocación, por muchos dolores escondidos él se niega a salir del tumulto emocional. Pero es un escritor y eso no se puede ocultar bajo el agua porque se amplificaría.

Un texto sorprendente en cada detalle: la historia que narra, los personajes, la forma de encarar los temas. El escritor contenido, enojado, desbordado, tres aspectos con tonos diferentes pasados por el cuerpo y la voz de Ariel Ragusa con una energía muy particular. En el desborde el escritor tira dos gerundios pegaditos que descolocan de un modo impactante, amamos esa forma de usar los recursos. Cada gesto es justo, todo en el cuerpo del actor habla de Waldo, hasta la explicación de su nombre, otra genialidad del autor. El amor como motivación primera y eterna de la vida; esto nunca será un cliché y es muy bienvenido.  Ana es un personaje etéreo que sorprende, no les podemos contar mucho, pero ya verán de que se trata. Un amor que queda impregnado en la piel, un amor que llega con fuerza. ¿Quién puede ser la que enamore a un escritor?, es una mujer muy especial. Julia sorprende y enamora al espectador también.

La puesta en escena está perfecta, el espacio escénico del Artesón es versátil y se deja recorrer por el arte de cada director. En este caso Sandro Mlynkiewicz nos pareció muy preciso en cada detalle, todo ajustado perfectamente. La obra tiene una dinámica que no deja vacíos, sostiene un ritmo intenso, crece, llega al arco de tensión, desarrolla en gestos, en palabras a medida, y desplegado el arte hasta sumergirnos todos escuchamos esas campanadas. 

Recomendamos!!!

Ficha técnico artística
Dramaturgia: Enrique Papatino
Actúan: Ariel Ragusa, Florencia Bartolacci, Gabriela Capurro
Vestuario: Gabriela Capurro
Diseño de escenografía: Ariel Ragusa
Diseño sonoro e iluminación: Sandro Mlynkiewicz 
Edición de sonido: Gustavo Patles
Diseño gráfico: Florencia Bartolacci
Puesta en escena y Dirección general: Sandro Mlynkiewicz
Con el apoyo del I.N.T.; PROTEATRO y ARTEI.