La prestigiosa compañía andaluza regresa con su reciente creación, Manual para armar un sueño.
Entre el 21 de agosto y el 8 de septiembre, en el Teatro Regio se presentará La Zaranda, Teatro Inestable de Ninguna Parte, con su espectáculo Manual para armar un sueño, con texto de Eusebio Calonge y dirección de Paco de La Zaranda.
La destacada compañía andaluza vuelve a Buenos Aires con una decidida oda a la esperanza que intenta echar luz en las tinieblas de un mundo hostil. En el breve espacio que va de un camarín al escenario, un actor realiza un viaje infinito por la historia. Un sueño tan delgado como el hilo de un barrilete, aunque capaz de resistir tempestades.
Gaspar Campuzano, Francisco Sánchez y Enrique Bustos son los intérpretes de esta nueva experiencia escénica de La Zaranda que cuenta con texto de Eusebio Calonge, dirección y espacio escénico de Paco de La Zaranda, iluminación de Peggy Bruzual, vestuario de Encarnación Sancho, realización artística de Eduardo Saborido y asistencia de dirección de Andrea Delicado.
Las funciones tendrán lugar de miércoles a domingos a las 20 horas
Teatro Regio (Av. Córdoba 6056)
En sus más de cuatro décadas de existencia, La Zaranda realizó una intensa y coherente labor creadora que le valió prestigio internacional. Su trayectoria tiene como constantes el compromiso existencial y partir de sus raíces tradicionales para revelar una simbología universal. Sus recursos dramáticos son la búsqueda de una poética trascendente sin perder la cotidianidad, el uso simbólico de los objetos, la expresividad visual, la encarnación de textos en situaciones puramente teatrales y la búsqueda por plasmar personajes vivos. En cuanto a su método de trabajo, se basa en un riguroso proceso de creación en comunidad. La Zaranda, como tamiz que preserva lo esencial y desecha lo inservible, desarrolla una poética teatral que, lejos de fórmulas estereotipadas o efímeras, se consolidó a partir de un lenguaje propio, que siempre intenta evocar a la memoria e invitar a la reflexión.
Comentario – Las Acosta
Ese mundo desplegado en el estrecho espacio entre la intimidad de su camarín y el escenario abren la mente y el alma del actor: sus sueños eternamente rechazados por los límites de su moral, no reconocidos por los que seleccionan sueños ajenos sin poner emoción en la búsqueda. Las burocracias por las que pasa el arte, el mundo cotidiano como una aplanadora de sueños creados para despertar. El espejo del actor, esas múltiples capas, imágenes, reflejos, que salen a la luz para ser descubiertos solo por unos pocos, nunca suficiente para tal esfuerzo. Las puertas por las que no recomienda ese ángel inspirador, atravesar ni someterse: la codicia, la envidia, los celos. El peligro de la fama y la manipulación sobre el actor que quedaría despojado de su sueño. Todo esto trascurre en un movimiento escénico que no para, propone la risa por cuanto nos lleva a reírnos de nosotros mismos tantas veces caídos en esas situaciones.
Un espectáculo profundo, bello, diferente, que recomendamos ver.
CTBA