LAS CRIADAS

La Compañía Teatro diverso vuelve a reunirse para reeditar este clásico de Jean Genet, que, como tal, no sólo no ha perdido vigencia, sino que acompaña y denuncia la eterna lucha de los desvalidos frente a la opresión de quienes ostentan poder. Una rebelión que siempre es sofocada por lo siniestro. Pero este espanto no une a los oprimidos, los enfrenta, los desorganiza y confunde con promesas que nunca se cumplirán. «Quererse en la esclavitud no es quererse» dice Solange y así es, cuando a uno le quitan todo se vuelve muy malo.

Comentario – Las Acosta

Jean Genet sacó de su alma ese dolor y la podredumbre del desamor, el hostigamiento cruel de los desamparados, las miserias de una humanidad que va en contra de sí misma a través de la profundidad de este texto; solo un ser que transitó el dolor conoce como lastima el miedo y el desprecio.

Esta pieza genial, pero extremadamente difícil, se plasma de un modo genial a través de estos actores inmensos. Desde que entramos en la sala hasta el final estuvimos en ese tiempo – espacio dónde las emociones se despliegan con un vuelo infinito; las mentes de Claire y Solange se abren en el espacio escénico y sale allí, entre tules y sedas, todo ese caudal de represión al que están sometidas. 

Genet marca muy bien la diferencia de clases sociales, el abismo entre las criadas y la señora, la imposibilidad de soñar con un lugar de dignidad, la carencia. Esa señora que las aterra, las confunde, les enciende el deseo de ser y a la vez el odio de no alcanzar. Y en ese movimiento entre onírico y real, profundamente doloroso porque las excluye pero a la vez la empodera en el sueño de exterminio, y justicia, sueñan ser admiradas por un instante bajo los brillos que solo poseen los ricos. 

El parecido de las épocas entre las guerras mundiales y este siglo XXI está en las injusticias sociales, las desigualdades, la expectativa de ser amado por un momento, el deseo de ejecutar esa justicia liberadora pero penosa en consecuencias. Esta similitud lo acerca mas al espectador y provoca ese extrañamiento que compromete. La atención y la tensión van juntas en esta obra y no van a poder despegarse de estos personajes tan vivos como sensibles, al punto que nos costó a todxs reaccionar en un aplauso que luego no podía terminar.

Darío Serantes es excelente como director porque logra hacer todo lo que el autor soñó, todo lo que se propone. Y él mismo lo hace, porque actúa con todo su ser. Juan Rutkus es toda la sensibilidad latiendo en escena, es muy bueno lo que hace. 

Cada uno de estos actores lo da todo.

La señora va cambiando, nosotras vimos la versión de Alberto Romero, deslumbrante, es excelente. También están Fabián Pedroza y Miguel Ángel Zandonadi

El vestuario, maquillaje, puesta en escena, luces, son increíbles.

Esta obra es brillante por dónde la miren, espero celebrarla en algunos de los premios al teatro. Recomendadísima!!!

FICHA TÉCNICO – ARTÍSTICA

Autoría: Jean Genet
Actúan: Fabián Pedroza, Alberto Romero, Juan Rutkus, Darío Serantes, Miguel Angel Zandonadi
Maquillaje: Juan Rutkus
Diseño de vestuario: Miguel Ángel Zandonadi
Diseño de luces: 3boxes, Diego Alonso
Diseño gráfico: 3boxes
Comunicación: Nico Matías Urra y Pablito Lancone
Director asistente: Fabián Pedroza
Dirección: Darío Serantes