ESPECTÁCULOS TELAM – (Por Hernani Natale) Con una trayectoria musical que prácticamente redondea las cuatro décadas, Bebel Gilberto, hija del legendario João Gilberto, acaba de lanzar un disco en el que por primera vez aborda un repertorio de clásicos de su célebre padre.
Se trata de «João», una producción que reúne títulos como «O Pato», «Ele E Carioca», «Desafinado», «Eclipse», «Você e Eu» y «É Preciso Perdoar», entre otros, y a la que la intérprete define como «un presente, una carta de amor» hacia su padre.
«Yo ya venía hablando con él sobre esto porque tenía que ser cuidadora de los derechos de su obra. Finalmente, la Justicia me dio los derechos y cuando él murió me sentí en la obligación de hacer un disco para él. Es un presente, una carta de amor para él», dijo la artista en diálogo con Télam.
La placa, cuya portada consiste en una vieja foto en la que se puede ver a un joven João recibiendo un tierno beso de su pequeña hija, supuso un gran desafío para Bebel, quien desde sus primeros pasos artísticos en la segunda mitad de los `80, optó por tomar distancia de la tradición musical familiar.
Hija de la también reconocida cantante Miúcha y sobrina de Chico Buarque, la intérprete se radicó durante cerca de 30 años en Nueva York y, desde allí, exploró sonoridades que evitaron el purismo que literalmente militaba su padre, a partir del cruce con la música electrónica y la llamada World Music. «Mi padre me enseñó el perfeccionismo, mi madre me enseñó a perderlo», comentó en alguna ocasión al referirse a su herencia musical.
Por ese motivo, «João» no solo la pone frente a frente por primera vez con la obra de su mítico padre, fallecido en 2019, sino que también la ubica en el sendero de la bossa nova más genuina que siempre intentó eludir.
Minutos antes de partir hacia Nueva York para iniciar una gira presentación de esta producción por Estados Unidos, Canadá, Asia, Honolulu, Dubai y Europa, junto una formación de guitarra, batería y programaciones, Bebel Gilberto conversó desde su casa de Río de Janeiro con esta agencia.
Télam: ¿Cómo fue el proceso de acercamiento a la obra de tu padre luego de toda una trayectoria personal que fue por otros carriles?
Bebel Gilberto: Empecé a escuchar estas canciones que me encantan y eso me ayudó a entender la obra de papá, a captar lo que decía, porque muchas veces yo no comprendía la letras. No tenía la autoridad necesaria para entenderlas, pero ahora que estoy más adulta y papá ya no está, las comprendí mejor. Ahora tienen otra dimensión para mí.
T: ¿Cómo fue tu relación profesional con tu padre?
BG: ¡Muy difícil! Porque papá no era una persona muy fácil. Era un poco exigente, entonces siempre me sentía un poco nerviosa, un poco presionada respecto a mi arte frente a él.
T: Tu padre es valorado no solo como autor, sino que es considerado «la voz» de la bossa nova. ¿Cómo fue el trabajo para abordar esas interpretaciones que tienen su sello?
BG: Traté de hacer un trabajo menos emocional y más racional, por eso decía que las comprendí mejor ahora. Pero al entenderlas más, también pienso que emocionalmente me acercaron más a él.
T: A pesar de venir de una familia de grandes artistas, lograste encontrar tu propia voz. ¿Qué sentís que le aportaste desde ese lugar a estas canciones?
BG: Yo diría que tomé el alma de esas canciones porque cuando papá las cantó, es como si las hubiese reinventado y, por más que yo tenga una gran influencia de papá, yo también tuve mi forma de reinventarlas. Pienso que esa reinterpretación me ayudó mucho.
T: Hay dos canciones que llaman la atención en este disco. Una de ellas es «Valsa», que no tiene letra, solo un tarareo. La otra es «Você e Eu», que sobre el final también tiene un tarareo que curiosamente recuerda a la versión de «Águas de março» de Jobim con Elis Regina.
BG: «Valsa» es una canción de cuna que papá escribió para mí. Incluso, el título original era «Isabel Bebel (Como São Lindos os Yogues)» aunque salió como «Valsa». ¡Es linda! ¡No podía dejar de cantarla! Y es bueno para mí cantarla. Y respecto a «Você e Eu», papá lo hizo así en el original y estaba muy cerca de ese tema de Jobim. Yo solo copié lo que él hizo ¡Es muy bueno que hayas notado esa cercanía!
T: Además de «Valsa», ¿hay alguna canción de este disco que te traiga algún recuerdo familiar especial?
BG: Definitivamente «É Preciso Perdoar» porque es una canción que escuché mucho cuando era niña y me dio una gran inspiración para hacer este nuevo trabajo.
T: Este disco no solo te acerca a la obra de tu padre, sino que también te acerca a la bossa nova tradicional.
BG: Yo siempre intento evitar el término bossa nova. Pienso que es un rótulo y yo estoy muy vieja para continuar bebiendo del agua de la bossa nova. Papá hacía una música que no era solo bossa nova, porque la bossa nova es una actitud, una forma de pensar que no siempre es bossa nova. Lo digo con todo respeto por la bossa nova. Entonces yo pienso que la música de papá es la música de papá, así como mi música es mi música. Para mí esto no es bossa nova, es la música de mi papá que yo revisité nuevamente.
T: Más allá de los rótulos, ¿qué podés decir del impacto de la música brasileña en el mundo de acuerdo a tu experiencia artística en distintos países?
BG: Es impresionante. Tiene una magia especial que no consigo explicar, pero es muy interesante lo que pasa en el mundo con nuestro música. Tiene un verso, un abrazo, algo especial que no sé qué es pero a todas las personas les gusta. Creo que también debe tener algo que ver el sonido de la lengua, que tiene una cadencia especial.
T: ¿Hay planes de venir a la Argentina a presentar este disco? ¿Y qué conexión tenés con nuestro país?
BG: Sí, en noviembre regreso de esta gira, descanso, y en enero retomo los conciertos en Brasil y Sudamérica, incluida la Argentina. Tengo un gran amigo, el talentosísimo Didí Gutman, que fue parte de mi banda durante diez años. Conocí a la Argentina mejor a través de él, pero mi primer encuentro con Argentina fue con la música de Piazzolla. Y también tengo otro gran amigo, Roberto Novo, que es el peluquero que trabaja con Grace Jones y otras estrellas en Nueva York. Cuando nos encontramos, hablamos en portuñol y comemos asado.
T: Finalmente, ¿qué concepto tenés de tu padre como artista luego de haber trabajado en este disco? ¿Cambió algo?
BG: Si no fuese hija de papá, acabaría siendo su fan porque me encanta su música. Tengo mucho respeto y mucho celo por su música. Tengo que hacer lo mejor que pueda para resguardarla y eso ahora está mis manos.