Las voces de nueve guitarristas, todos protagonistas de la escena musical nacional de hoy, ayudan a configurar la dimensión del guitarrista, compositor y cantante Eduardo Falú a pocos días del centenario de su nacimiento.

«A la hora de acompañar, Eduardo Falú genera unas texturas y todo un trabajo guitarrístico muchísimo más allá del rasgueo y más cercano a una conversación con la voz», apunta a Télam Pedro Rossi, conocido por acompañar a Liliana Herrero y actualmente en dúo con Loli Molina y miembro de Zabalita y los Perro e’ Sulky.

La inspirada entrerriana Silvina López sostiene: «Escuchando e interpretando las creaciones de Eduardo Falú puedo sentir que arte y conciencia pueden ser una misma cosa».

Por su parte, Juan Colombo, quien integra la orquesta folclórica Don Olimpio, considera que «uno tiene que pasar por su música, pasar por su guitarra, por su forma, para alcanzar algo tan grande como es el folclore argentino».

Mientras que el prolífico intérprete y productor Ernesto Snajer asegura que hasta que escuchó a Falú «no sabía que el instrumento podía sonar así»: «Creo que es el mejor representante de la guitarra argentina».

La nómina de aportes a esta producción la completan Carlos Martínez, quien grabó las obras completas de Yupanqui, Felury y Falú; el chaqueño Marcelo Dellamea, integrante de Dos Más Uno y al filo de lanzarse como solista; y los tangueros de pulso criollo Emiliano Faryna y Pablo Juárez Levar, quienes también explican desde el instrumento la importancia, vigencia y legado del artista salteño.

Esta galería de instrumentistas repasa a pedido de Télam características de la obra y el legado de Eduardo Falú, quien el próximo viernes cumpliría 100 años.

-Pedro Rossi: Hablar de Eduardo Falú es hablar de un artista maravilloso que dejó un legado enorme como compositor, intérprete, arreglador y guitarrista. La guitarra de Eduardo Falú es troncal en la música argentina y ni podemos pensar la guitarra argentina sin él, ni los guitarristas tampoco podemos tocar como si Eduardo Falú no hubiera existido. Creo que tiene una manera de tocar tan precisa, con tanta fuerza, con tanto impulso, de una manera tan caudalosa que lo vuelve legado y faro. Creo que la guitarra de Eduardo Falú nos está esperando porque todavía tenemos mucho que aprender de ese modo de tocar, de ese modo de interpretar, de ese modo de arreglar.

Como guitarrista me parece increíble en la faceta de acompañante. He transcripto algunas cosas de acompañamientos y el tipo está tocando eso y cantando y parece un contrapunto, como si estuviera escrito lo que toca, pero te das cuenta de que es intuitivo lo que está haciendo, que no es que lo pensó previamente, se nota que hay una intuición por el ímpetu con el que lo toca y hay un desarrollo guitarrístico en eso que es increíble. A la hora de acompañar, genera unas texturas y todo un trabajo guitarrístico muchísimo más allá del rasgueo y más cercano a una conversación con la voz, a una textura contrapuntística barroca por momentos.

-Silvina López: Eduardo Falú era el guitarrista preferido de mi abuela materna. Ella lo transmitió a mi madre y mi madre a mí. Esto es un hecho folclórico, es decir, una experiencia estética que se transmitió de manera informal a través de la vida cotidiana compartida de una generación a otra. Eduardo Falú es en mí esa fuerza que vino a través de la sangre. Para mí Eduardo Falú es arte de consistencia incomparable.

Sus arreglos para guitarras son muy vigorosos y absolutamente sonadores, arreglos que le sacaban todo el jugo al instrumento. A esto sumaba su voz increíble, profunda, vertiendo poesía de alta creación. Reitero con reverencia, arte de consistencia incomparable. Hacer música de Eduardo Falú me permite poner al servicio de la guitarra todo lo que aprendí en décadas de guitarra clásica y sumarle al canto que ha sido mi amor natural desde los siete años.

Escuchando e interpretando sus creaciones, puedo sentir que arte y conciencia pueden ser una misma cosa. Que en una zamba podemos encontrar la fuerza y la presencia de la tierra, del agua, del aire, del viento, la arcilla y las manos del artesano, la lana y las manos de la tejedora, todo en un ritmo, en una canción, en una zamba que cantamos.

Anhelo que las músicas que toquemos y cantemos sean reflejo de la sociedad que soñamos y allí el sonido de Eduardo Falú es referencial. Creo que él hizo una escuela del sonido, un sonido que comprometía todo su cuerpo, su alma y su corazón. Él hizo la guitarra enorme a través del sonido. Y esa escuela del sonido llegó a mí a través de mis maestros de Walter Heinze, de Eduardo Isaac, también del «Zurdo» Martínez, los tres grandes admiradores de Eduardo Falú, así que también puedo observar con mucha emoción que hay una escuela del sonido que Eduardo Falú inició y que sigue viva, transmitiéndose de generación en generación.

-Carlos Martínez: Hombre hecho guitarra que llevó por el mundo nuestro folclore con la calidad armónica e instrumental de las grandes obras clásicas. Guitarrista con un sonido único.

-Juan Colombo: Se trata claramente de uno de los referentes más importantes que ha dado la música argentina desde muchísimos aspectos, su manera de cantar, de tocar la guitarra, de componer, de esa impronta del solista que ocupa un lugar enorme siendo una persona sola y dejando una escuela ineludible. Uno tiene que pasar por su música, pasar por su guitarra, por su forma, para alcanzar algo tan grande como es el folclore argentino.

-Marcelo Dellamea: Lo considero un pilar fundamental en la guitarra folclórica argentina. Dueño de un sonido preciso, que mezcla algo del mundo académico con lo auténticamente nuestro, ha sido referente para todos los que tocamos la guitarra y amamos el folclore. Todos en algún momento queremos sonar como Eduardo Falú. Y no conforme con eso, además ha compuesto algunas de las canciones más bellas del repertorio folclórico argentino.

-Pablo Juárez Levar: Es estandarte indiscutible y representante máximo de la música nacional en la guitarra. Instala una sola estética de la vertiente popular y académica y por ello Eduardo Falú es la guitarra argentina del sigo XX, en la cual la precisión técnica de la tradición guitarrística y la frescura de un simple acorde, elevan al arte nacional.

-Ernesto Snajer: Fue el primer guitarrista de música argentina que me llamó la atención. Lo vi y escuché en la tele y me sorprendió mucho porque los guitarristas de folclore que conocía me parecían aburridos, me gustaba el rock. Y de repente veo a este señor grande, empilchado de traje. impecable, serio… y me encantó su forma de tocar, no sabía que el instrumento podía sonar así. Hoy en día, creo que es el mejor representante de la guitarra argentina. Su sonido es de otro planeta, tiene una personalidad tremenda, y una musicalidad gigante. Y me resulta difícil destacar una cualidad suya sobre otra, ya que fue también excelente cantante, y ni hablar de su faceta como compositor… inspiradísimo, genial. Pero para mí su figura representa, ante todo, la de un genio de la guitarra que además cantaba y componía como los dioses.

-Emiliano Faryna: Es uno de los referentes troncales de la guitarra argentina, creador de una estética única tanto en la interpretación como en la composición, y por eso le debemos gran parte del repertorio nacional folclórico.

 

TELAM