En un espectáculo instrumental, Alejandro Brittes en trío presentó un repertorio que combinó canciones autorales con los clásicos del género, con proyecciones de artes visuales creadas especialmente.
En escena el artista transporta al público a una interacción contagiosa que solo el chamamé  podría brindar.
El concierto fue pura energia, donde Brittes al mando del acordeón contó con un ensamble integrado por músicos brasileños:
Andre Ely en guitarra de siete cuerdas, y Carlos de Césaro en bajo eléctrico  y contrabajo.
Un espectáculo internacional, vibrante,que reconecta la historia de cada espectador con las matrices ancestrales del ritmo, y por lo tanto con nuestra historia musical, donde la música y el intercambio cultural van de la mano.
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Alejandro Brittes, el virtuoso acordeonista, compositor e investigador de la música del litoral argentino, encuentra su hogar en Porto Alegre, Brasil. 
 
Con una formación en música académica en la prestigiosa Escuela Juan Pedro Esnaola, Alejandro ha dedicado tres décadas a difundir el encanto del Chamamé por todo el mundo. Es así que a lo largo de su carrera, ha llevado esta música a más de 10 países, dejando su huella en escenarios de Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Colombia, Portugal, Estados Unidos, España, Francia, Italia, Austria, Alemania y República Checa.
 
Sus conciertos establecen una conexión con la tierra, con los orígenes de la música de su región y con el Universo, en una verticalidad primordial.
 
 Ejecuta el acordeón como si fuera un bandoneón, en una conversación entre la mano derecha y los bajos, logrando que el instrumento sea utilizado en su máxima expresión y dejando su sello de identidad en cada obra. Los bajos están explorados con maestría, ya que para Alejandro nos conectan con la tierra, mientras que la botonera, además de darle melodía a la música, nos eleva al Universo.
 
Aprecia de trascender las fronteras con su arte, conectando culturas a través de la rica tradición de la macro región del Chamamé. 
 
Con nueve álbumes grabados y dos libros publicados, Alejandro Brittes ha marcado su presencia en la escena musical internacional.
 
Resultó ganador del Pre Festival de Cosquín [Argentina] en 1996, donde fue reconocido como el mejor instrumentista por una destacada
pieza de su autoría.
 
En 2022, el reconocimiento internacional llegó con el Premio Açorianos De Música en Brasil, destacando su álbum «(L) Este» en la categoría de Mejor Arreglo. Es también un miembro votante de la prestigiosa Recordy Academy®, contribuyendo a la industria musical desde su conocimiento y experiencia.
 
Su impacto trasciende las fronteras académicas, siendo elogiado por el Dr. Mark Brill, un experto en música de la Universidad de Texas en USA. Brill destaca a Alejandro Brittes como uno de los tres destacados acordeonistas del Chamamé en su obra «Music of Latin America and the Caribbean”.
 
Ha grabado y colaborado con la icónica banda de rock Los Piojos y con Antonio Ríos, Raúl Barboza, Luisa Calcumil, Jorge Tolosa, Luis Santacruz y Chango Spasiuk, entre otros destacados artistas del folklore argentino.
 
El 2023 marcó un hito en su carrera con una gira extensa en los Estados Unidos, presentándose en más de 25 conciertos y siendo el primer músico latinoamericano en presentarse en la prestigiosa Library of Congress en Washington, D.C.
 
Su música crea puentes geográficos y culturales, resonando con audiencias de todo el mundo y consolidándose como una figura reconocida en una escena musical internacional.
Sobre (L)ESTE:
 
 Su último  disco (L)ESTE editado en 2022 es el resultado de un trabajo minucioso y de una investigación antropológica y musical sobre el chamamé realizada por Brittes y publicada en un libro en 2021 conjuntamente con la historiadora y productora cultural Magalí de Rossi.
 
(L)ESTE es un crossover entre el chamamé y la música barroca. Es un proyecto inédito y el primero realizado en este estilo en el que el chamamé dialoga con su origen erudito. El trabajo retrata los inicios del chamamé y del paradigma cultural establecido a partir del encuentro entre los guaraníes y la música barroca, introducida en los 30 pueblos misioneros por los sacerdotes jesuitas en la época colonial sudamericana y que fueron las bases iniciales de la formación del género.
 
Ocho canciones componen el noveno álbum que fue grabado en vivo en la iglesia La Salle en Canoas, Río Grande do Sul, Brasil, buscando representar la estética sonora de una iglesia misionera. Toda la ambientación tiene el propósito de transportarnos a una caverna donde el hombre primitivo comenzó a hacer música.
 
La orquestación está compuesta por una orquesta de cámara barroca con instrumentos de época: clave, oboe, viola da gamba, violonchelo, primer y segundo violín, además de los populares instrumentos musicales del chamamé como la guitarra de siete cuerdas, el contrabajo, el acordeón y la incorporación de la percusión.
 
Brittes aporta a esta obra autoral toda su formación musical chamamecera y académica, proponiendo un nuevo lenguaje estético al chamamé con la colaboración del director Fernando Cordella, uno de los principales intérpretes del clave bien temperado y referente del estilo en la actualidad. También participan del proyecto especialistas barrocos reconocidos por su trayectoria como Diego Schuck Biasibetti en el violonchelo y viola da gamba, Javier Baldinder en el oboé, Giovani dos Santos y Márcio Cecconello a cargo de los violines. 
La orquestación popular chamamecera contó con la participación de André Ely en guitarra de siete cuerdas, Carlos Eduardo de Césaro en el contrabajo, Ricardo Arenhaldt en la percusión y Alejandro Brittes en el acordeón y dirección.

Claudina Sanchez