de Albert Camus en versión libre de Natalia Villamil con Dirección de Mariano Stolkiner

El Cultural San Martín – Estreno: Sábado 4 a las 21

Funciones: sábados a las 21 y domingos a las 20

Con Raquel Ameri, Antonella Costa, Leonardo Saggese, Marta Haller, Pablo Rinaldi.

Madre e hija viven recluidas en un pueblo del sur regentando una pequeña pensión para viajeros de paso de la zona. La madre, en algún momento de su vida, había tomado la decisión de instalarse ahí escapando de acontecimientos oscuros a los que había sido expuesta en su pasado. Para la hija, en cambio, este pueblo es un lugar de hastío del cual sólo piensa en escapar.

Sábados a las 21 y Domingos 20hs

Localidades: $ 2.500.- Con descuento: $ 2.000.-

En venta en: https://entradasba.buenosaires.gob.ar/

El Cultural San Martín – Sarmiento 1551- CABA

Comentario – Las Acosta

El amor de Mariano Stolkiner por la literatura y el arte es lo primero que quiero destacar. El director artístico del Teatro El Extranjero, director teatral, autor de varias obras y gestor cultural, tiene una especial admiración por Albert Camus y en esta obra lo despliega de forma maravillosa. En una puesta sencilla da preponderancia a la actuación, Natalia Villamil hace una versión en concordancia al mecanismo que desarrolla Camus; es el sentir que transmiten los actores y actrices lo que se pone en destaque. Camus es un autor que va al hueso de las emociones y las plasma a través de una forma de absurdo muy cercana al existencialismo y al nihilismo, aunque con una mirada despegada de esas corrientes, y Villamil destaca todo esto en esta versión dignamente lograda.

El malentendido pone en escena los vínculos con el sentido intrinseco del vincularse con otro; los sentimientos, pasiones, emociones, los lazos en acuerdos y desacuerdos.

Una mujer, madre, atravesada por las heridas de la vida va a «enterrarse» en un pueblo perdido donde el viento y las inclemencias climáticas son la única compañía. Está con su hija, una mujer llena de frustraciones propias y heredadas que drena ese dolor/odio a través de su deseo de escapar de allí. Un personaje onírico que suaviza la pasión endemoniada de esta mujer en cada abrazo de pater amoroso. El regreso del hijo perdido que quiere observar sin darse a conocer como un fisgón ocasional; deja su mujer fuera del juego y entra.  Y la música de The Cure en buenas versiones para honrar el nexo de los tiempos que mantienen vigente lo que vale. Todo esto es un mundo de imagenes que van pasando por el alma del espectador. 

Hablemos de las actuaciones: Raquel Ameri hace con el cuerpo, la mirada, la voz, todo lo que significa ser un monstruoso ser lleno de frustración y dolor. Es maravilloso ver como coloca el cuerpo en una forma que deja de ser una mujer para ser ese demonio que embauca al visitante. La mirada dirigida a su madre es un cuchillo. El cuerpo en movimiento por la música glorioso. Ameri impacta con su actuación. Marta Haller es la madre, el espejo de esa hija y de su propio dolor, excelente en su rol. Envuelta en una nube de humo se deja llevar sin tener ningún propósito mas que ese deseo casi inalcansable. Antonella Costa es la mujer de ese hijo que va en búsqueda de su propia raíz; ella es la que está por fuera de todo ese mundo envejecido y hostil, pero acompaña, quiere ir en rescate de su propio futuro. Los actores de esta puesta son pilares, uno concreto, el hijo que regresa para enredarse en sus propios lazos familiares, como cerrando un círculo; el otro es ese personaje onírico del que ya hablamos que da un aporte de ternura muy importante. Ambos actores están geniales, llevan adelante sus roles con fuerza de expresión.

Luces, sonido, elementos de escenografía, todo arma una puesta valiosa que te recomendamos ver, buen teatro que no podés dejar pasar.

 

DZ Prensa