De
Darío Bonheur
Dirección y puesta en escena
Adriana Garibaldi
Funciones Miércoles a las 20.30, desde el 8 de mayo
Teatro Felisberto Yatay 112. CABA

Felisberto es una sala nueva en nuestra ciudad de Buenos Aires, eligieron este nombre como sentido de su deriva creativa en honor a la especial literatura de Felisberto Hernández.  Según nos dijeron en la presentación, esta sala tendrá obras particulares, por no decir «raras», en homenaje al autor que inspiró el nombre.

Localidades por www.alternativateatral.com y en la boletería del teatro.

Con
Gabriel Nicola – Miguel Sorrentino

Hay que dejar que las puertas se abran solas.
Y también que se cierren.
O elegir sólo aquéllas que no fueron construidas
para salir ni para entrar.
Roberto Juarroz

Darío Bonheur compone en esta obra, una fábula sencilla en apariencia, pero con resonancias existenciales. Fran se ha comprado una casa y, pese a lo modesto y defectuoso que se ve el lugar, cree estar habitando el paraíso, y eso es gracias a una puerta. Sin embargo, lo extraordinario no está en la puerta en sí misma sino en lo que hay detrás; siempre que respete la condición de que permanezca cerrada. Así se lo ha dicho el vendedor y Fran está dispuesto a cumplir. Pero llega Gálvez, su amigo de toda la vida, quien le plantea la duda de que podría haber sido estafado. Abrir o no abrir será la cuestión. La puerta cerrada condensa todas las promesas que los enfrenta y nos enfrenta a un interesante dilema.

“Una puerta, un hombre y otro hombre atraviesa tres grandes temas, cuenta Adriana Garibaldi.  Uno es el de pensar cuántas miradas soporta la realidad, el otro es acerca del vínculo afectivo que entablamos con los espacios que habitamos y el tercero, que circula durante toda la pieza, es la ilusión por alcanzar el estado de felicidad. Los dos personajes -agrega la directora- tienen modos contrapuestos de entender y estar en el mundo.”

La puesta propone un espacio que se va transformando con proyecciones lumínicas que toman cuerpo escenográfico para crear el paisaje poético capaz de contener los diferentes modos de interpretar el mundo que tienen los protagonistas.

Comentario – Las Acosta

Una puerta, un hombre y otro hombre, este título ya nos introduce en un dilema inherente al ser humano: las miradas frente a una misma realidad. Darío Bonheur escribe un texto sencillo pero cargado de la compleja sensibilidad humana, que va penetrando en el espectador a través de los actores. Es en ese espacio, en dónde se sueltan las palabras, que surge, o no, la apertura de esa puerta. La puerta en sí misma es la invitación a dejarse envolver en ese pensamiento sutilmente crítico. ¿Qué significa para uno, qué para el otro?

La puesta está muy bien hecha, los recursos audiovisuales, las luces, el efecto sonoro, todo confluye en la generación de esos espacios habitados por la idea de lo que uno y otro piensa, siente, desea. Muy buena dirección. 

Los actores son muy justos para estos roles por el trabajo corporal que es muy exigente, sus actuaciones te atrapan. El texto fluye a través de ellos y tejen una trama del absurdo que deslumbra.

Recomendamos para aquellos que quieran un elixir de teatro, es profundo y particular, a nuestro gusto y criterio, excelente.

Ficha Técnica

Diseño visual, vestuario e iluminación
Gustavo Acevedo
Diseño Sonoro
 Popi Spatocco
Asistencia de Dirección y Operación de Visuales
Leticia Barbitta
 
Giacani-Lauro Comunicación