EL EQUIPO DE PAJARITA SE VUELVE A REUNIR, CASI COMPLETO, EN EL MISMO
TEATRO, CON NUEVOS ACTORES Y DOS MÚSICOS EN ESCENA.

LA OBRA, ESCRITA Y DIRIGIDA POR GUILLERMO PARODI CUENTA CON UN MARAVILLOSO
ELENCO INTEGRADO POR LORENA SZEKELY, MARCELO RODRÍGUEZ, LUCÍA PALACIOS,
CAMILO PARODI, JULIA FUNARI, NATALIA REY Y LUCAS SORIANO. LOS MÚSICOS: JUAN
PABLO MARTINI Y NAHUEL DEL VALLE.
LA PIEZA REFLEXIONA SOBRE EL ENGAÑO, LA TRAICIÓN Y EL MIEDO. LO HACE A PARTIR
DE UNA HISTORIA REAL. EN MEDIO DE UNA PLANTACIÓN DE NARANJOS, UNA CÚPULA
NEGRA ASOMA SU AGUJA EN EL CAMPO DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES: LA CAPILLA
DEL DIABLO. UN PACTO Y EL TIEMPO SIN TIEMPO QUE ABRE SUS PUERTAS Y DESATA EL
INFIERNO EN LA TIERRA Y LO INFERNAL EN NOSOTROS.

Funciones: Sábados a las 22hs – Sala Somigliana del Teatro del Pueblo (Lavalle 3636)

Cuenta la leyenda que a finales del S XIX, un terrateniente de origen europeo, semianalfabeto, y
católico ferviente -que vivió en Corrientes- tuvo una hija que falleció, pero no estaba muerta. Una
carreta que transportaba troncos se salió del eje y aplastó a la niña, quien quedó inconsciente. El

padre se volcó a la oración, haciendo todo tipo de promesas a Dios para que la muchacha pueda
despertarse. Al no obtener respuesta, pactó con el Diablo hacer una capilla en su nombre y como
insulto mayor al altísimo, la hizo bendecir por un cura.
A partir de este mito rural surge este espectáculo en donde se indaga en la siguiente pregunta:
¿qué pasa con los cuerpos hoy? Este es un país con infinidad de cuestionamientos, silencios y
catástrofes vividas en “los cuerpos”. Buceando en las respuestas es que Mandinga es, ahora, un
hecho escénico. Poner el cuerpo, ocupar el espacio, la calle, la sala, la escena. ¿Qué otra cosa
hace, si no, quien actúa? ¿Qué otra cosa, si no, es finalmente el teatro? Habitar el espacio. Y por
detrás del presente se tejen recuerdos, se filtran historias de cuentos de abuelas y relatos
escuchados a escondidas entre la peonada y el personal doméstico en el campo. Historias de
monte, infierno y ataduras.

Dice Guillermo Parodi:

“Supe de la historia de una capilla dedicada al Diablo. Negra y sin ventanas. En medio de una
plantación de naranjos. Con ese material, histórico, propio real y mítico se fue gestando este
espectáculo. Desde la dramaturgia hace décadas y en acto ahora. ¿Cómo? En los cuerpos de las
actrices y actores, ahí convive el encuentro. Relevando el artificio, volviéndolo atemporal, eterno y
atávico a su vez. El espacio y el sonido crean un universo reconocible.
Escribí esta pieza hace más de dos décadas. En la época en que, en este país, una crisis social
terminaba con la salida de un presidente en helicóptero. Mientras, en la plaza, entre gases,
sablazos, balas de goma y de las otras, un pueblo reclamaba “que se vayan todos” En ese caos
aparecen imágenes y noticias que no están lógicamente relacionadas pero que forman parte de un
imaginario recurrente y claro… Cromañón aún arde en la retina… Por aquel entonces, otra noticia
resonaba en radios y televisores (aún las redes no copaban tanto la circulación de información):
Una joven actriz y bailarina, había perdido su vida en el incendio de una sala de ensayos. Murió
quemada, en un accidente poco claro. Finalmente, en las escaleras del Congreso de la Nación,
entre gases y explosiones un hombre moría en cámara, mientras un periodista le acercaba el
micrófono. El hombre pedía abrazar a su hijo antes de irse. Podía verse la ausencia de ese cuerpo
en el abrazo imaginario que se dibujaba. Y de vuelta las llamas quemaron la Plaza Congreso.
Cuerpos, fuego, ausencias y muerte. Tópicos que viajan atravesando todavía la memoria, dando
forma a este espectáculo hoy, cuando parece que el país vuelve a estar al rojo vivo”.

Comentario – Las Acosta

Mandinga, la capilla del diablo es una pieza teatral con un vuelo poético de gran belleza en letra y movimiento. Se trata, como lo explica su autor, de indagar en los cuerpos, porque hay algo para expresar que va mas allá de las palabras. En esta línea, la puesta en escena está realizada de forma perfecta; piezas de determinado formato que se mueven y se acomodan en el mismo movimiento de los personajes. Es una forma de ocupar el espacio escénico y hacerlo latir. Te transporta a esa mitología popular, a la historia de muchas historias que atraviesan los tiempos. La música en vivo es maravillosa y el canto le da un valor al texto que ayuda a fluir en el desarrollo de la historia. El trabajo corporal de los actores y actrices es clave en esta obra, parecen flotar entre luces y sombras. Resalta la energía de los cuerpos, la forma de acercarse o alejarse, el lugar que cada cuerpo ocupa desde su ser. La hija, viva, muerta, renacida, es Lucía Palacios, maravillosa actuación, pone el cuerpo de forma que pasa por todos esos estados y el espectador lo siente. Ella está resignificada por ese padre que no puede asumir la pérdida. Marcelo Rodríguez es el padre, poderoso, le da fuerza a su personaje, una fuerza que sale del fondo de su pena. Lorena Szekely está excelente en este personaje de Mandinga, su cuerpo, su voz, la mirada, te atrapan, vas siguiendo la historia con ganas de entrar mas hondo en ella. Camilo Parodi es el hijo, el que acompaña, su porte, su expresión, transmiten ese dejo de pena rústica que queda asentado como un sedimento en el alma; canta y esa voz es un arrullo hermoso que completa el círculo. Julia Funari es la nana, hermoso personaje, lleno de señales, con silencios y palabras que van abrazando ese personaje al que acompaña. Natalia Rey es su hija, es esa hija mujer despreciada por ese autoritarismo patriarcal, lo hace tan bien que crees cada parte perfectamente.

La escritura de Guillermo Parodi nos recorre todos los tiempos y lugares posibles, es tan actual como el ser humano en este mundo. Los cuerpos son territorios visitados, pero a veces, como en esta obra, son explorados e interpelados para aprender de ellos. Su dirección es en sincronía exacta y hace lucir a todxs con destaque.

El vestuario es hermoso, justo para la historia que narran. Las luces perfectas, a tempo, se agradece esto porque acompaña el ritmo de la obra y así, entre todos surge esa respiración que da una forma acabada magnífica. Gran obra, vayan al teatro y dispónganse a sentir, recomendadísima!!!

Ficha técnica:

Actores por aparición
Lorena Szekely Calavera (el santo)
Lucía Palacios Dolores Velásquez (hija de Alcibíades)

Lucas Soriano Don Ángel (el cura)
Marcelo Rodríguez Alcibíades Velásquez (terrateniente)
Julia Funari Crecencia (la nana)
Camilo Parodi Toribio Velásquez (hijo de Alcibíades)
Natalia Rey Magdalena (hija de la nana)
Dramaturgia y dirección
Guillermo Parodi
Trabajo corporal de actores
Sofía Ballvé
Asistencia de dirección
Macarena Lopez
Diseño de vestuario
Jorgelina Herrero Pons
Diseño de escenografía
Fernando Díaz
Realización de vestuario y escenografía
Talleres del Teatro Argentino de La Plata – TACEC
Diseño de luces
Guillermo Parodi – Fernando Díaz
Composición y producción musical
Juan Pablo Martini
Músicos:
Piano: Juan Pablo Martini – Fuelle: Nahuel del Valle – Voz: Camilo Parodi
Canción final en off
Guillermo Parodi
Prensa
Paula Simkin
Diseño de imágen
Mariana Melinc
Diseño gráfico
Leandro Almendro
Redes:
@mandingalacapilladeldiablo